Coca-Cola, la gran innovadora
Vivimos en un mundo en constante cambio, especialmente en el mundo de la empresa. Y tanto las personas como las compañías tenemos que adaptarnos a las nuevas necesidades del mercado.
Así lo demuestran los avances y cambios que ha sufrido el marketing en los últimos años: hasta ahora, distinguíamos principalmente entre marketing tradicional, utiliza estrategias como ventas directas, TV, radio, anuncios publicitarios impresos, y marketing digital, que utiliza estrategias como la creación de una página web, banners, redes sociales, anuncios por email, etc.Sin embargo, la división del marketing ahora va más allá.
Se dice que antes el marketing estaba orientado al producto, a la promoción de su venta. Ahora, en el siglo XXI, se habla de un marketing orientado a las personas y a sus necesidades, a su experiencia como compradores. En definitiva, un marketing de emociones.
Esta nueva forma de marketing puede encontrarse fácilmente en las innovadoras estrategias de su mayor representante: Coca-Cola, la marca de refrescos por excelencia y una de las marcas con mayor número de ventas a nivel mundial, caracterizada por unas campañas publicitarias que no dejan indiferente a nadie, como la campaña “Sharing Can” llevada a cabo en Singapur, en la que la Compañía sorprendió a sus clientes con latas que se dividían en dos, hechas especialmente para que los consumidores las compartieran.Pero Coca-Cola no destaca sólo por su capacidad para sorprender, sino por su capacidad para empatizar con el cliente y sus sentimientos. Transmite emociones y suele asociar a su producto con el concepto de “felicidad”, dando un paso adelante en el mundo del marketing.
Ahora, Coca-Cola se atreve con una novedosa jugada que consiste principalmente en introducir al cliente dentro de la marca, algo que les aproxima al producto y les convierte en los protagonistas. Prueba de ello es el éxito que está teniendo actualmente la campaña “Share a Coke”, probada por primera vez en Australia y luego expandida a otros países como Reino Unido, Francia, Perú, y ahora finalmente, España.
La campaña consiste en poner los nombres más comunes de cada país en las latas, pero esto no se q´ueda ahí. También incluye una potente promoción en internet y redes sociales a través del hashtag #compartecocacolacon, que permite el intercambio de fotografías y experiencias de los propios clientes, así como solicitar latas personalizadas para los consumidores con nombres menos comunes. Simple, pero muy efectivo.Coca-Cola define de esta manera una nueva forma de entender el marketing y de cambiar las métricas. Los clientes se convierten en parte activa, y desde el primer momento la marca puede saber cómo y cuánto llega a ellos y qué emociones despierta.
Colombia, Singapur, Australia, Gran Bretaña, Francia, Holanda, Perú, Israel, Rumanía… En la medida en que vivimos en un mundo cada vez más globalizado, el marketing también lo es, por lo que no hay motivo para pensar que estas campañas que marcaron tendencia en otros países no triunfarán en España.La valentía de las marcas en descubrir lo que mueve a sus clientes, y en atreverse a ser disruptivas, marcará la velocidad en la transformación del actual concepto de marketing